Saturday, June 14, 2014

Intento(s)

Un intento tonto -de esos que se dan-
de mirarte a los ojos, mientras 
trato, de mentirte
de mentirnos;
con la desfachatez 
que sólo el amor puede conferir.
En un intento -a otros me refiero-
de dejarte de amar por un instante,
de olvidarnos en un parpadeo.
De borrar el sabor de la humedad,
cuando te dije que te amaba 
en la cama más olvidada
del cuarto más olvidado 
de los recónditos de Río Piedras. 
Mis intentos -se resumen en la multiplicidad-
de ignorarte e ignorarnos
de dejar sentir el terremoto en mi pecho,
de nadar en el diluvio de tus ojos;
encontrarme en el reflejo de ellos
ver que sólo son intentos,
que no me llevan a nada concreto.

En cambio, 
tu amor
es la sólida idea efímera,
el abstracto que me ancla.


Monday, June 9, 2014

Te hago daño...


Te hago daño. Aún no lo suficiente como para alejarme. No mereces la dualidad en la que te sumerjo, lentamente; ¿no sientes la cadena amarrada a tu tobillo? ¿No sientes el vacío de necesidad en tu pecho? Cierra los ojos y sabrás que es un vacío creado... había una vida antes y también habrá una vida después de mí. Soy completamente reemplazable. 

Esta es mi manera de hablar claro. Mediante el ritmo en que respiro con mi asma que empieza a apoderarse de mí. Ocultando las lágrimas ante tu rostro, para no herir más de lo debido. Pero hiriendo... porque mi egoísmo te quiere para mí. Porque me fascina un no sé qué, que no me explico hasta que escucho tus argumentaciones y disertaciones de lo que lees y de lo que sabes. Pero eso lo hace todo el mundo, si se lo propone. Lo que me encanta de tí es la manera en que muestras tu hambre de saber más, de cuestionarte todo e incluso lo que ya sabes. ¿Te perderás en los recónditos de las pulsiones que te mueven a respirar,a sentir, a sonreír, a querer, desear y escribir como yo? 

Pero, ¿de qué vale tanto, si ya es tarde? Si ya no puede tenerte, porque mi vida se desdobla en la mitad de la posibilidad y la imposibilidad. Estoy dispuesta a fingir, que existe el tiempo para verme entre tus brazos y entregarme al ritmo de mis respiraciones entrecortadas por el deseo y la enfermedad. Si te enamoras de los remanentes de un corazón que se deshace en polvo, te haré daño. Lo suficiente como para yo, alejarme. 

Tuesday, June 3, 2014

Serie [2014]

"hablo en fácil, hablo en difícil
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso..."
-Alejandra Pizarnik
I
El aroma llegó primero que su presencia. Esa sinécdoque que compone el todo que tanto me intriga. Esa voz que raspa un poco el aire al pronunciar palabra. Cercanía y distancia. Me estremece. No sé que me pasa. Me siento tan poca, como nunca, como siempre...
Quiero ver hasta dónde llega la curiosidad que escala entre el hueso y el músculo que palpita. Yo soy así. No puedo evitar convertirte en mi sujeto poético, la abstracción me hace sentir segura. La realidad me da miedo. Miedo como las horas muertas nunca dejan de pasar, como la gota que cae en el fregadero...

II
Me gusta convertirte en mis  palabras. Transmutarte. No tengo nada qué decir de lo ya dicho, porque leo tanto a los otros, y siento que seré solamente eco. Soy escritora de obra, tú, en cambios escribes con las miradas y con los silencios fuera de lo que lees en minutos. ¿Me enseñas? Porque no sé. ¿Para qué? Para nada.

III
Soy la que vengo, algunas veces, con el anillo; y otras veces, no. La constumbre está atada a las cosas. Me aconstumbré a tener el roce de plata entre mis dedos. Lo utilizo de pretexto para saber que soy tan libre cómo me sienta. Te uso de pretexto, porque así sé que soy tan libre de escribir como lo dicte mi pulsión.  Existes mientras te nombre.

IV
Estoy acostada boca arriba, mirando el techo. Escucho la bachata del vecino y huelo las habichuelas que se cocinan a fuego lento. ¿Cómo puedo estar tan cerca del techo con mis recuerdos y tan anclada al suelo con mis tripas?  Tanto que está pasando a la vez, en esta saturación del lenguaje que parece no agotarse mientras me ruge el estómago. El país inventado se encuentra en mi estómago.

V
Mi sujeto poético no me contesta el mensaje de texto. Ya no es tan abstracto ni tan elevado. Es tan humano, tan cercano... siento la cercanía del concepto en el roce de la espera. Y pienso contener las ganas. Debo parar de idealizarlo, de la misma forma que he idealizado las letras que sólo pasan factura del tiempo y no dan nada de vuelta.

VI

Parto de la premisa de que NOSOTROS escribimos. Otra vez, la idealización. Me invento el nosotros, pero sé que no existe en ninguna dimensión. Nombrarte no funciona para que me escribas. Posiblemente soy la única que te escribe... sobre NOSOTROS,

Sé que tú sabes que yo sé [2014]

Sé que tú sabes que yo sé

Sé que tú sabes que yo sé
yo sé que tú sabes, esta manía
extraña por de más
de verte, tejiendo paradojas
en este corazón tan fácil
de multiplicarse en mil pedazos.


¿Amor? [2014]

Algo que me atrae, que me alborota... de miradas cruzadas obviando nuestras vidas rotas
fuerzas minúsculas, mayúsculos deseos, cómeme las venas, atormenta mis miedos.

Colapsa desde dentro hacia fuera, expande tu radio de sobre-vivencia
para que el impacto de energía no nos tome una idea eterna.

Amor, seductor y destructivo, ambiguo paralelismo
oscila el péndulo en el borde de uno mismo,
amor, desinteresado y ocupado, magia que nunca toca
permanecerás como polvo nómada que baila encima de las cosas.

¿Acaso estamos aburridos de nuestra existencia? [2009]

Ya estoy harta de esta desigualdad estúpida que nos rige...

Creo en el poder autoritario de las emociones para motivar a romper los silencios. No puedo concebir que se cometa tanta injusticia alrededor de nosotros y con el paso del tiempo nos hayamos insensibilizados ante el dolor ajeno. Es tan ilógico como nadar en tierra firme o tratar de caminar en el agua. ¿Cuántas calumnias y desgracias deben pasar para destrozar la poca humanidad que nos queda? El ser parte de una masa destructora me da tanto asco. Siento que morir en tales condiciones es como negar los principios del universo en la cual estamos. Somos una mísera parte de un punto dentro de un espacio infinito. Tanto que pienso y nadie me entiende.

Porque soy como soy; simplemente yo y nadie me deja ser. Quiero vivir en un mundo de poesía eterna, dándole gracias a la vida por los problemas porque si lo tengo, es porque aún estoy viva. Gracias vida, por hacerme reflexionar, hasta en algunas ocasiones llorar, ante las situaciones grandes o pequeñas...no he perdido mi alma.

Creo que todas mis "amistades" piensa conocerme pero a la misma vez no conocen nada porque aún con la versatilidad de las palabras, yo no puedo dominarlas por completo.

Sólo una persona logró comprenderme. Y me hizo daño. No trataré de apelar a sus memorias para que evoquen su nombre o mis reproches porque me alegró que haya pasado y y que vuelva a sentir el mismo vacío de antes. Con el vacío de mostrarme como un enigma es suficiente para lidiar en el transcurso de mi vida, pero no puedo concebir la idea de volver a buscar una persona que entienda mi lenguaje.

Creo en la decisión de no volver atrás, pero no significa que no vuelva a mirar...

No todo es cuestión de fé. También es de acción. Y me veo clausurada entre 4 paredes y un techo. Veo los avances de la mediocridad humana, la queja de los que están trabajados y los gritos de los más necesitados. Él que tiene la disposición, no tiene los recursos y él que los tiene, no le interesa. ¡Que estupidez! No podemos apremiar el empeño sino el papel verde que se invierte y se aporta... ¿Nuestra vida se rige por papeles verdes con caras de famosos presidentes? Hacemos el mal sólo por nuestros intereses y no nos percartamos que estamos atentando con nuestra autoconservación: ¡Estamos aniquilando nuestra única posesión genuina! ¡NUESTRA ALMA!

Siento que dio vueltas en círculos y que la soledad será el único espectador de estas palabras y cumplirá con su función de oyente. Total: la Tierra seguirá siendo la contradicción del universo, no por su creación... sino por la destrucción a que la estamos induciendo.

Es que no existe tal como cosa como el silencio absoluto. Si existiera estaríamos cuerdos y marchando al unísono a nuestra anhelada y utópica libertad...

¿Acaso estamos aburridos de nuestra existencia?

Llamaste por mi nombre y no te contesté... [2014]

Llamaste por mi nombre...y no contesté, a pesar de que mi subconsciente se percató de tu voz. Eras tú, no lo podía negar para mis extrañas...pero al mundo exterior podía manipular mis gestos y reacciones...aunque no, el brillo de mis ojos. Llamaste una segunda vez, más efusivamente...pero mis oídos pretendieron sufrir una sordera selectiva, muy común en las personas muy egocentristas o muy acomplejadas. Llamaste una tercera vez, utilizando una abreviación de mi nombre, con una pizca imperceptible de ternura. "No tengas miedo...háblame." Y apenas dejé escapar un suspiro de frustración. No era necesario decir que era torpe con las palabras, hasta comunicándome con mi propia sombra. Pero ante él, era un ser que se derrochaba en palabras y hablaba hasta la saciedad, contradiciendo puntos porque mis pensamientos siempre habían permanecidos en castidad, sin saborear la libertad. Con él, los pensamientos tomaba alas y se desplegaban a lo largo del horizonte que ambos mirábamos con la esperanza de guerreros anónimos pero no vencidos. “Nada está perdido.” era el mensaje que me comunicaba con su tono, con su silencio y sabía que si observaba el cielo fragmentado de sus ojos, podía sentir las mismas ganas de conquistar un mundo en crisis. ¿Cómo en un planeta tan enfermo, pueden existir personas que demuestren seguridad por las emociones hacia el prójimo? ¿Acaso he perdido la visión de los pequeños detalles? ¿Me aferro tantos a los bombardeos de la vida que me limito a pensar que la existencia solamente es una tortura irrefutable? Observo tus ojeras, en contraste de tu sonrisa serena…eres una contradicción dibujada y pintada con diferentes medios artísticos…o quizás no. ¡Me estoy equivocando en la interpretación de tu rostro! Resulta que has luchado, has pasado por obstáculos y sin embargo evocas una sonrisa porque sabes que hay un día más, que hay un camino adelante, que este no es el fin del mismo, que la perspectiva de lo que deseamos hasta trasciende la dimensión visual…más allá de nuestros ojos, hay una energía que nos mueve, que nos atrae. ¿Se llamará esperanza? Sea lo que sea…llamaste por mi nombre una cuarta vez y te contesté…arriesgar el corazón cuando hay amor, fe y esperanza, sube el porcentaje de posibilidades…

El horizonte perdido [2013]

Soy el horizonte perdido
entre las pupilas de las estrellas,
una voz entrecortada,
un espíritu encerrado.
Mis manos dejaron de atrapar palabras
desde hace tantos años,
ya se me olvidó que era sentir
las almas recorrer por mis dedos. 
Cada verso duele,
como duele el llanto de los niños
¿a dónde mis sueños se han ido?
Voy en busca de ellos
como voy en busca de mí misma 
y me pierdo...
Vuelvo y lo intento
pero ya no hay más escaleras que subir
cuando tu vida levita en un vacío. 
¿En dónde me encuentro?
En la esquina de la libertad y el (en)cierro
cierro cada una de las botellas,
encomiendo los papeles en blanco a la deriva
a ver si ellos se encuentran conmigo,
a ver si ellos me encuentran... 
Breathe me by Rolando Cyril

El reflejo me toca [2013]

No deseo resistirme,
el reflejo me toca
como amante de muchos años.
Desnudo mis pensamientos
al compás de mi cuerpo,
que se estremece, tiembla y respira
se sacude todo en su respectivo tiempo.
La sombra me devora,
los pezones besan la luminosa oscuridad
y las gotas de sudor pintan las curvas...
porque todo placer tiene su gravedad
tiene su punto de caída,
así se desliza el reflejo, mientras me penetra.
Gimo. Un poco ahogado.
Se me estruja el pecho, por la voz callada.
Nado... nado en la nada
espesando en el todo de mi cuerpo,
me tocas y no te toco,
no me tocas y lo siento.
Oigo el eco de los ríos y 
salgo de mí por todas partes,
el tiempo se tira en picada,
siento el frenesí. 
Gimo.
Respiro.
Gimo.
No veo nada. 
Tiembla la vista 
y un chillido explota en mis oídos.
Me escurro...

Mientras veo el espejo, mientras me veo. 

La limunosidad [2013]

Tesla abrió los ojos y un dolor de cabeza se apoderó de sus sienes. No estaba seguro si se encontraba en la realidad o seguía soñando. No lograba acordarse de nada, no guardaba ningún rastro de memoria de alguna temporalidad antes de abrir los ojos, sin embargo recordaba la luminosidad de algo que sabía que no existía.  Empezó a tratar de forzar su memoria sobre lo sucedido pero no podía recordar ni siquiera las ideas que recientemente había tenido en su mente. Pero esa luminosidad persistía en su recuerdo y empezó a invadirlo completamente.

Su obsesión por la luminosidad, que no recordaba su origen, se apoderó de su mente que siempre iba engranando partes mecánicas dentro de su cabeza. Lo invadía en sueños, a la hora del baño, en el momento de tomar un libro, llegó al punto que no podía dormir. Inventaba aquí y allá, se movía en su taller improvisado de materiales reciclados, trazos de pintura que yacía sobre los espacios que lo circundaban pero nada de esto parecía distraerlo de aquella imagen. Dibujaba, inventaba, desmontaba y regalaba los inventos a las personas que pasaban al frente de la residencia que se caía en cantos. Las cartas de la gente a quien él le debía dinero se apilaba por todos lados, más todo aquello no le importaba. Nada lo llenaba lo suficiente, había puesto su esperanza en que aunque fuera al azar podría recrear en alguno de sus inventos, la fuente de aquella luminosidad. La luminosidad lo invadía de manera dolorosa en sus pensamientos. Empezó a pensar que no había sido un sueño sino que en efecto lo había visto. Se obsesionó con la idea de que esa luminosidad pertenecía a otra temporalidad diferente ya que nada a su alrededor le hacía justicia a lo que él había experimentado.

Empezó a construir un marco hecho con el metal derretido de las cosas que reciclaba por ahí. Se olvidó de comer en el restaurante Delmonico y de alimentar a las palomas. Siguió vistiendo de la manera impecable y sencilla que le caracterizaba pero su cabeza colapsaba dentro de sí mismo. De alguna manera debía recrear lo que había vivido, sin importar lo que esto le costara. No sabía ni siquiera qué lo dirigía a construir lo que estaba construyendo pero solamente una cosa podía saber de seguro. Lo que sea que había visto, existía aunque fuera de la temporalidad existente. Al cabo de varias semanas, pudo ver materializarse una máquina del tiempo y espacio. Pensó que si lo había visto, quizás en un futuro podría verlo manifestado, y por tanto, podría rastrear su origen. Estaba listo para utilizar la máquina en cualquier momento, pero estuvo en espera de una noche tormentosa para que la antena pudiera capturar la energía del rayo. Tesla estaba sentado en la silla leyendo Frankenstein de Mary Shelley cuando escuchó a lo lejos un trueno.  Salió de manera precipitada con sus inventos en una carretilla. Colocó todo en dirección a la que se aproximaba la tormenta, deduciéndolo por la dirección del viento. Se sentó pacientemente en la silla, mientras observaba la portada de Frankenstein. Luego miró los rayos que se desprendían de las nubes y pudo ver una concepción parecida de lo que había visto. Su corazón latió más rápido y supo inmediatamente que su deducción había sido la correcta. La antena de metal fue impactada por un rayo, poniendo a funcionar todo el mecanismo y llevando la energía hacia el improvisado sombrero de metal que tenía en su cabeza.

Abrió los ojos, y se encontró en una sala completamente blanca. No tenía noción de donde se encontraba, pero sin embargo podía sentir el peso de aire con cierta familiaridad. Uno seres indescriptibles le esperaban alrededor de la camilla. La comunicación no verbal de aquellas criaturas le daba a entender a Nicolás Tesla, que en efecto le estaban esperando. Uno de esos seres se acerca de manera misteriosa a Tesla y lo mira minuciosamente. Luego, le hizo un ademán para que le tomara una de las extremidades. Tesla, un poco dudoso pero definitivamente hambriento por la curiosidad lo toca.

Vio imágenes de cómo estos seres provenían de un espacio no identificado en el universo, y como ellos, fascinados por la simpleza de la raza humana, decidieron visitar el planeta Tierra. Luego de observar pudieron deducir que la desigualdad entre los seres humanos era parte de la composición natural de la raza. Deciden observar a aquellos que sobresalían de las masas y cómo se desempeñaban en beneficio de la colectividad. Se encontraron con que el ser humano era ambicioso, cruel y egoísta con sus bienes materiales. Lo seres se sintieron infectados por tales emociones que decidieron abandonar la misión y nunca volver a pisar tan desdichado planeta que poco a poco iba al borde de la destrucción. Cuando estuvieron a punto de partir se percataron de este hombre que se encontraba en un taller improvisado y con una pila de cartas. Le ofrecía uno de sus inventos a un hombre. Ellos quedaron fascinados con el nivel de desprendimiento y la facilidad de aquel ser en dar algo de su creación a otra persona. Nicolás Tesla pudo identificar que era él inmediatamente. Fue capturado mientras dormía y fue llevado a la sala que se encontraba para poder estudiarlo.

Tesla se sentía completamente anonadado por toda la cantidad de información que estaba recibiendo debido al contacto con ese ser. Pensó cómo podía darle una retroalimentación de todo lo que había visto, pero ese pensamiento interrumpió el fluido de imágenes de su cabeza y pudo entender que el ser le había entendido. Luego, Tesla se tropezó con la respuesta que no esperaba: él iba a ser capaz de poder evocar esa luminosidad. Desde el momento en que estuvo en la sala supo que lo había visto ahí, por tanto esa no era la pregunta que le invadía el corazón. Pero el ser pudo ver el motivo de su obsesión, y le comunicó la confirmación que tanto buscaba. Pero luego, el ambiente cambió abruptamente.

Los seres temieron a la misma vez que Tesla tuviera demasiada información y contacto con ellos. Se habían dado cuenta que era un ser brillante pero como habían observado, la inteligencia acarrea a su vez ambición y muchas emociones que cargan con una noción destructora. Tesla temió, por un momento, que lo asesinaran, pero el ser que aún le tocaba la mano, en una expresión iracunda, fulminó el sentimiento colectivo. Entonces el ser presionó la mano más fuerte y le comunicó una petición para probar el alma de Tesla.

Nicolás vio las imágenes de él destruyendo la máquina del tiempo y espacio; y luego se vio a sí mismo recreando la luminosidad que había estado en su mente por muchos meses. Luego de una pausa de segundos, en donde las imágenes se convertían en niebla, vio como él compartía la máquina del tiempo con los demás de su especie y se glorificaba de aquel invento. Luego el ser le soltó la mano y esperó su respuesta. Tesla nunca se había sentido tan dudoso en su vida. Gracias al efecto de la impresión que había hecho la luminosidad,, había creado algo más trascendental. Se sintió tentado por ciertos segundos pero luego cerró los ojos. Extendió la mano para que el ser lo tocase y el ser lo tocó.

El ser vio que, en efecto, Nicolás había dudado de su respuesta. Pero a su vez, pudo ver la lucha de su alma por la vanagloria y como él, sabiendo el peligro que exponía su invento a su existencia y la existencia de la raza humana, prefería destruirlo y crear esa luminosidad para el servicio de la humanidad. Ni siquiera el ser pudo ver una imagen de Nicolás presumiendo de su invención sino de un hombre que cedía lo que fuese que inventaba. El ser apartó su extremidad y comunicó la respuesta de Tesla. Silencio. Se sentía observado y bajó  la mirada. Luego, poco a poco el ambiente se volvió más liviano... y a los lejos escuchó un trueno.

Nicolás Tesla despertó en la máquina del tiempo y espacio que se encontraba en el patio. Rápidamente, se levantó de la silla y resuelto a lo que había decidido destruyó la máquina del tiempo. Los dibujos, los componentes líquidos e incluso los materiales fueron desechados en un lugar sumamente remoto de la casa de Tesla. Sabía de su debilidad humana, y por eso, sabía que estaba tomando la decisión correcta.

Luego de varios meses, Nicolás Tesla estaba cerca de recrear la luminosidad. Se encontraba sumamente concentrado en sus cálculos y vio la respuesta delante de sus ojos. Tomó una bocanada de aire, escribió la respuesta y decidió sentarse por un momento en el sillón de su sala junto a la puerta principal. Escuchó de pronto, alguien tocando a su puerta. Quizás era de esos hombres que estaba resuelto a cobrarle las deudas de cualquier manera. Miró la pila de las cartas y sonrió. Luego escuchó los  golpes sincronizados de la puerta con un bastón. E inmediatamente Nicolás sabía que no era ningún cobrador. Sonrío y luego fue a abrirle la puerta a Thomas Edison.