Tu pérdida es llorar sobre agua derramada,
por más que trato de recogerte
-entre mis manos-
te escapas.
Te deseé desde el día en que supe
que tenía la capacidad de ver un pedazo
de mí y de él, como parte del
universo de tu pequeño cuerpo.
Te me fuiste, arrastrado por los golpes
del río, ¿quién soy
para juzgar a Abraham
por sacrificar a su hijo?
Te presenté al matadero como sacrificio,
aunque rodeé mi vientre con mis débiles brazos,
aunque mis hematomas lloraron lo que te correspondía.
Llorar por agua derramada es mi acto egoísta,
ya que nunca tuve fuerzas para defender(te/me)
y es sólo una muestra de que no te merecía.
Thursday, August 14, 2014
Día Uno
Las mariposas revolotean
en este cuarto con apenas dos ventanas,
me indican que tus espejuelos están sobre el escritorio,
que volverás en minutos para pedírmelos.
Siempre seré tus ojos, los que buscan tus espejuelos
y de una vez acarician tu mejilla y tus vellos rojos.
Entonces, me acerco y veo
que tus espejuelos no son tuyos, son los míos
y que ya no escucharé tu aliento a Yunque
pidiendo tus espejuelos
porque ya no estás para necesitarlos.
en este cuarto con apenas dos ventanas,
me indican que tus espejuelos están sobre el escritorio,
que volverás en minutos para pedírmelos.
Siempre seré tus ojos, los que buscan tus espejuelos
y de una vez acarician tu mejilla y tus vellos rojos.
Entonces, me acerco y veo
que tus espejuelos no son tuyos, son los míos
y que ya no escucharé tu aliento a Yunque
pidiendo tus espejuelos
porque ya no estás para necesitarlos.
Monday, August 4, 2014
Amor en el destiempo
Sumerges tu cabeza en la concavidad
de lo que supone ser, mi cuerpo
lo único que te ha pertenecido
ante las ráfagas del silencio.
Mi silencio,
silencio que finges comprender
que finges aceptar, con la rabia contenida
-de un corazón cansada de esperar- queriendo.
Entiendo, amar
desde la distancia, idealiza.
Fui el Ícaro, concebido en el destiempo
tratando de alcanzar las brasas.
La idea borra los recuerdos,
lo último que te pido es que me recuerdes.
Porque Río Piedras sin ti
será la lluvia sobre mojada
del asfalto que le pertenece
a los gatos y los perros realengos.
Todo permanecerá igual,
pero nada será lo mismo.
Las esquinas gritarán nuestras memorias,
los postes me harán pensar en tus brazos,
brazos cansados de aguantar el cuchillo
manchado por el cosmos de las ilusiones
-ilusiones en donde jugábamos a ser cachorros
sin darnos cuenta que éramos leones heridos-
de lo que supone ser, mi cuerpo
lo único que te ha pertenecido
ante las ráfagas del silencio.
Mi silencio,
silencio que finges comprender
que finges aceptar, con la rabia contenida
-de un corazón cansada de esperar- queriendo.
Entiendo, amar
desde la distancia, idealiza.
Fui el Ícaro, concebido en el destiempo
tratando de alcanzar las brasas.
La idea borra los recuerdos,
lo último que te pido es que me recuerdes.
Porque Río Piedras sin ti
será la lluvia sobre mojada
del asfalto que le pertenece
a los gatos y los perros realengos.
Todo permanecerá igual,
pero nada será lo mismo.
Las esquinas gritarán nuestras memorias,
los postes me harán pensar en tus brazos,
brazos cansados de aguantar el cuchillo
manchado por el cosmos de las ilusiones
-ilusiones en donde jugábamos a ser cachorros
sin darnos cuenta que éramos leones heridos-
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