Una sátira de la situación de la universidad que escribí en el 2011.

¡Únete, únete! ¡A la huelga, únete! Los estudiantes fuman pasto a la luz del día y corren desnudos en las calles. Tienen las mejores notas, eso es cierto, pero temo que corren desnudos por la calle. Ellos son parte de la sociedad laboral del futuro; muy cierto, pero andan pintando conceptos muertos como la libertad de expresión y la autonomía universitaria. La Real Academia hace un cambio en las definiciones de las palabras: socialista, comunista, anarquista e independentista. ¡Última hora! Cada una de estas palabras mencionadas anteriormente pueden ser utilizadas como insultos rotundos a los universitarios puertorriqueños y extranjeros pertenecientes a la educación rápida a lo Burger King y McDonald's de la Universidad de Macondo. Los combos de las comidas rápidas van subiendo tal como suben las olas del mar o desciende la bolsa de valores; así mismo, son los paquetes completos de educas dos jóvenes y el tercero es gratis. Con 800 pesos en estos días se puede comprar un apartamento junto al mar, eso sí, sin agua y sin luz. ¡Ah! ¿Dije comprar? Debí haber dicho alquilar, ¿en qué mundo vives, Pamela? En el mundo de los 800 pesos.

Sigamos. Respiro hondo: veo la brigada piñata de nuevo. ¡Está en todas, los chicos! Dios los bendiga. Nos salvará de los socialistas, comunistas, anarquistas, independentistas y otros bichos raros. Papa Grande irá al Paraíso sin saber decir en un inglés intachable: “haaauuu wa ya, president blackie?” Saldrá de nuevo el dictador alemán tratando de arreglar la situación. ¡Únete, únete! ¡A la huelga, únete!; letanía del fervor colorido del Macondo de fondo. Queremos que no nos asegure la educación, gritan a voces los universitarios desnudos. Queremos venderla a los yankees, a los vampiros. No podemos hacer nada con los conceptos muertos, excepto darle de comer a los historiadores ilusos. Haremos historia, como siempre. Seremos siempre los universitarios desnudos, que corren desnudos por las avenidas alrededor de la universidad. Nada de cubrir el rostro. En Macondo no existe el “carpeteo” o la opresión. Cabe mencionar que los escritores y artistas son valorados como patrimonio popular. Productos genuinos de la educación rápida de Macondo. ¡Todo niño debe saber quién es Luis Palés Matos!